La Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, hecha en Nueva York el 13 de diciembre de 2006, ratificada por España en 2007, constata la situación específica de desventaja social en que se encuentran las mujeres y niñas con discapacidad frente a los hombres con discapacidad y al resto de la población. Este tratado internacional ha supuesto un avance significativo en la promoción de los derechos de las mujeres con discapacidad en cuanto recoge la igualdad entre hombres y mujeres.
la Ley 4/2017, de 25 de septiembre, de los derechos y la atención a las personas con discapacidad en Andalucía, determina un nuevo marco de actuación para las políticas públicas destinadas a las personas con discapacidad en nuestra Comunidad Autónoma y, en consonancia con la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, poniendo énfasis en la capacitación y el empoderamiento de las personas con discapacidad, en la autonomía individual y vida independiente, en el enfoque de género, así como en la necesaria accesibilidad universal y prestación de apoyos individualizados cuando sean necesarios.
Actualmente, nos encontramos en pleno proceso de elaboración por parte de la Dirección General de la Junta de Andalucía del III Plan de Acción Integral para las Personas con Discapacidad, el cual se acordó por el Consejo de Gobierno el 11 de septiembre de 2018.
Este plan, tal y como se recoge en la exposición de motivos de dicho acuerdo, se define como el instrumento de la Administración de la Junta de Andalucía para coordinar las políticas y medidas recogidas en la ley 4/2017.
El III Plan de Acción Integral debe ser uno de sus tres instrumentos junto con el Plan de Empleo y el Plan de Acción Integral para Mujeres con Discapacidad.
Y centrándonos en uno de esos otros instrumentos, el Plan de Acción Integral para Mujeres con Discapacidad, la Ley 4/2017, de 25 de septiembre , de los derechos y la atención a las personas con discapacidad en Andalucía, que tiene por objeto promover y garantizar los derechos de las personas con discapacidad y de sus familias en el marco de la Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad, ha actualizado la normativa autonómica dando un salto cualitativo en el tratamiento y consideración de las necesidades de las mujeres.
Estos avances normativos que producen un impacto beneficioso no sólo en el colectivo para el que se elabora, sino para toda la sociedad en general, tienen como antecedentes historias de personas que quizás pudieran ser estos puntos de partida que se producen en algún lugar del mundo, y hacen que otras generaciones venideras, en sus mismas circunstancias, puedan beneficiarse y mejorarlas, haciendo de sus propias vidas un lugar mejor.
En este artículo no vamos a hablar de una mujer, sino de dos. No habría historia de una sin la otra. La historia de dos mujeres que hace dos siglos, cumplieron ampliamente objetivos, principios y fines de la actual Ley 4/2017.
Una, con su labor y propia experiencia que puso al servicio de la otra, y ésta, una chica con un carácter rebelde fruto de no haber sido tratada correctamente desde edad temprana, con su afán de superación y avanzar día a día.
Alumna y maestra consiguieron en una época con tanto aún por hacer:
- Promover os principios de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal, y fomentando la capacitación y el empoderamiento personal y social.
- Impulsar el desarrollo de una sociedad inclusivaponiendo un énfasis especial en la situación de mujeres y niñas, el pleno desarrollo de sus capacidades en igualdad de oportunidades con el resto de la ciudadanía.
- Vida independiente.
- Normalización
- Llevar a cabo una atención integral centrada en la persona.
- Promover condiciones de vida dignas para las personas con discapacidad mediante la atención integral de sus necesidades.
- Fomentar el desarrollo de las capacidades de los niños y niñas con discapacidad, con garantía del desarrollo de sus potencialidades.
-Garantizar la igualdad de oportunidades y el pleno ejercicio de derechos de las personas con discapacidad, así como prevenir y erradicar cualquier causa de discriminación por razón de la discapacidad,
Todo ello fue gracias a que ambas se retroalimentaron. La maestra, supo canalizar a través de la discapacidad visual y auditiva de la alumna toda su experiencia y aprender de la que le brindó su alumna.
Os presentamos a:
ANNE SULLIVAN Y HELLEN KELLER
Encuadre Histórico y Biografía.
Anne Sullivan nace en Feeding Hills, Massachusetts, Estados Unidos de América, el 14 de abril de 1866 en el seno de una familia pobre. Su madre murió de tuberculosis cuando ella tenía ocho años y, tras un periodo en el que se hizo cargo de su padre, fue internada junto a su hermano Jimmie en un orfanato, -él con tuberculosis ósea y ella con tracoma ocular que le había hecho perder parcialmente la visión- Jimmy murió al poco de ser internados. Las condiciones insalubres del hospicio dieron lugar a su cierre y Anne fue trasladada al centro que sería su tabla de salvación: La Institución Perkins.22
En dicho centro, Anne aprendió a comunicarse tanto por lengua de signos, para poder relacionarse con sus compañeros/as sordos/as, como con el sistema Braille. Cuando contaba con poco más de trece años visitó al doctor Bradford, un reconocido oculista del hospital de Massachusetts, quien tras dos operaciones logró que Anne recobrara la vista.
Anne continuó viviendo en la Institución Perkins durante seis años más, en los que demostró poseer unas cualidades intelectuales sobresalientes. Se diplomó en Magisterio en el año 1887 y obtuvo su primer trabajo casi a la vez: el director de la Institución Perkins le encargó la tarea de educar a una chica con serias dificultades sensoriales. Esta chica era Hellen Keller.
Hellen Keller nació en Tuscumbia, Alabama, Estados Unidos de América, en 1880. Era la primera hija de Kate y Arthur Keller. Hellen nació sana y vital pero, inexplicablemente, a los 18 meses sufrió unas fiebres que la dejaron ciega y sorda.23 Nunca se llegó a diagnosticar con precisión la enfermedad que presentaba pero, desde luego, afectó mucho a su desarrollo: la falta de recursos y de un protocolo de tratamiento adecuado para su caso hicieron que se convirtiera en una chica caprichosa, maleducada y en ocasiones agresiva. Su comunicación con el mundo exterior desapareció por completo, y precisamente ese sería el reto de Anne, lograr que pese a las dificultades sensoriales, Hellen pudiera conectar con todo lo que había fuera de ella. Después de años de interés y esfuerzo por parte de Kate Keller para lograr que su hija se curase, y tras ratificar médicamente que Hellen no podría ver jamás, visitó junto a su marido a Grahanm Bell, quien les animó a dirigirse a la Institución Perkins. Así lo hicieron y el director del centro se comprometió a enviar a una maestra para Hellen, que no sería otra que Anne Sullivan.
Cuando Anne se desplazó a Tuscumbia para hacerse cargo de la educación de Hellen, ésta tenía unos seis años, y el trabajo fue muy duro: la niña carecía de disciplina y parecía estar en un estado de continuo enfurecimiento. Para lograr calmarla y comenzar a trabajar, Anne Sullivan vio necesario separarla de su familia y vivir juntas durante algún tiempo -se instalaron en un pabellón de la granja, haciendo creer a la niña que estaban fuera de su hogar. Así, Hellen no tendría más remedio que obedecer a su maestra y entenderse con ella.
La técnica de Anne fue, en un primer momento enseñar a Hellen a tratar con lo cotidiano: daban paseos, le ponía objetos en las manos para que los tocase y adivinase sus formas y, continuamente, le garabateaba en las palmas de las manos. Al mes, su comportamiento había mejorado considerablemente, Anne ya era aceptada por la niña y estimó que era el momento de volver a instalarla en su casa.
Anne comenzó entonces a trabajar en la relación de Hellen con el mundo exterior, continuó escribiendo en las palmas de sus manos sin que la pequeña comprendiera el por qué hasta que, un buen día, por fin, logró relacionar esos signos con lo que palpaba con sus manos y comprendió que cada cosa tenía un nombre y podría ser capaz de identificarlo. A partir de este momento todo fue un poco más sencillo, aprendió a leer y a escribir tanto en braille como a máquina, comenzó a recibir clases de geografía, aritmética y literatura. Ya a la edad de siete años había inventado más de sesenta señas distintas que podía utilizar para comunicarse de una manera muy elemental.24
La vista de Anne Sullivan comenzó a empeorar debido a los esfuerzos realizados para enseñar a su discípula. Hellen aprendía a un ritmo vertiginoso, no encontraba límites en su ansia por aprender, por expresar y conocer todo lo que le rodeaba. Con diez años, le propuso a su maestra un reto más: aprender a hablar con la garganta. Siendo sorda y ciega, en un primer momento pareció, más que un reto, una tarea imposible, pero Anne dispuso que una prestigiosa profesora de dicción para personas sordas -Sarah Fuller- le impartiera clases. El método de Sara consistía en que Hellen pusiera las manos en la garganta de la profesora y después tocase su lengua mientras ésta deletreaba alguna palabra. De este modo debía imitar la posición de la lengua respecto al paladar y los dientes, a la vez que controlar la fuerza con que salía el sonido de las cuerdas vocales.
El proceso era bastante complejo, pero a las pocas sesiones Hellen logró hablar, nunca con una dicción perfecta como hubiera querido su maestra, pero sí de una manera lo suficientemente aceptable como para impartir conferencias y declamar en pro de los derechos de las personas sordo-ciegas.
Con catorce años, Hellen ingresó en el Wright Humason School de Nueva York, donde estudió con gran entusiasmo -y siempre acompañada de Anne- francés, alemán, geografía y su gran asignatura pendiente: oratoria.
La hazaña de maestra y pupila trascendió a numerosas personalidades; entre las amistades que llegaron a entablar destacan Mark Twain, John Rockefeller, Henry Rogers, Graham Bell, Luis Braille, Valentin Haüy... Algunas de estas personas hicieron una clara apuesta por la formación de Hellen y sufragaron los costes del Colegio Mayor Radcliffe, donde comenzaría a cursar sus estudios al cumplir los veinte años de edad y de donde saldría graduada Cum Laude.
Repercusión de su vida y obra.
Las ocupaciones y trabajos que desarrollaron pupila y maestra a lo largo de la etapa adulta de Hellen fueron muy variados, pero siempre pretendieron dar a conocer con ellos las posibilidades que podrían llegar a tener las personas con sordo-ceguera.
Animada por el doctor Charles Townsend, Hellen comenzó a escribir sus vivencias, tarea que en determinado momento la agotó. En 1913, cuando logró una dicción algo más correcta, decidió dar a conocer su mundo y el de otras personas con sordo-ceguera en numerosos foros y conferencias. Quería expresar la situación de aislamiento en que se encuentran y la necesidad de apoyo médico y social.
Al estallar la Gran Guerra, Hellen continuó dando un segundo ciclo de conferencias, en esta ocasión abogando por la paz, algo que no sentó del todo bien entre la opinión pública. Cuando la salud de Anne comenzó a quebrantarse, Hellen decidió enviarla a Puerto Rico con la secretaria que poco tiempo antes habían contratado para hacerse cargo de las necesidades de discípula y maestra. Una vez recuperada, volvieron junto a Hellen y su familia. La situación económica era cada vez más precaria y tocaron otra puerta: la del cine. En 1919 se rodó Liberación película que narraba la vida de Hellen hasta el preciso momento de su grabación. Lo cierto es que esta película fue un fracaso y no logró las expectativas y la tranquilidad económica que con ella esperaban alcanzar.
En 1920 les proponen participar en una obra teatral sobre su vida, ofrecimiento que aceptaron y comenzaron a representarla. La primera actuación fue en Mount Vernon el 16 de febrero, logrando una gran aceptación. Pero la salud y la vista de Anne cada vez eran más débiles y, en varias ocasiones, tuvo que ser sustituida en la representación por su secretaria.
En 1921 se fundó la A.F.B (American Foundation for the Blind) y Hellen comenzaría a trabajar en ella al finalizar su contrato teatral. Desde la A.F.B procuró dar a conocer el origen de la ceguera infantil en el caso de la ophtalmia neonaturum y cómo, en gran parte, es debida a la falta de higiene y cuidados médicos al nacer.
Los dos primeros años de trabajo los dedicó a recaudar fondos para la Fundación. La familia Ford y la familia Rockefeller fueron algunas de las que más las ayudaron en esta misión, pero no las únicas. En 1924 visitó al presidente de los EE.UU, John Calvin Coolidge, quien prometió ayudarlas en la creación de una Biblioteca Nacional para personas ciegas. Pero su periplo se extendió también al viejo continente, donde su labor fue bien reconocida.
En 1936 la salud de Anne sufrió un importante revés. Fue operada de la vista siéndole además diagnosticada demencia senil. Falleció en octubre de ese mismo año, a la edad de setenta años, rodeada de un gran reconocimiento y admiración, años antes llegó a ser nombrada por la Temple University Doctora en Letras por sus esfuerzos y logros pedagógicos.
Hellen continuó trabajando, llegó a viajar a Japón, donde hizo una importante gira de conferencias y entrevistas en favor de las personas ciegas y de sus necesidades tanto físicas como educacionales y pedagógicas. Por otro lado, sus viajes a Europa fueron intermitentes y siempre muy positivos. Conoció también el continente africano y más en profundidad el asiático. Moriría trabajando, en junio de 1968 y ante el cariño y reconocimiento de multitud de personas que, la conocieran o no, agradecieron la labor de toda una vida en servicio de las personas sordas y ciegas del mundo.
BIBLIOGRAFÍA:
1.- Mujeres con Discapacidad en la historia. Consejería de Bienestar social.
2.- KELLER, Helen. Amar esta vida. Palabras de aliento ante la adversidad. Alienta Editorial. Barcelona, 2007. pág. 15
3.- MARTÍNEZ ABELLÁN, Rogelio. Sullivan y Keller. Su lucha por los discapacitados sensoriales. Editorial MAD Sevilla 2009. pág. 56.